El tejido de Soliyarn mantiene calientes a sus usuarios en condiciones extremas, imitando el pelaje y la piel de los osos

La empresa estadounidense Soliyarn –especialista en textiles inteligentes- estáproduciendo ya comercialmente una innovación creada por un grupo de ingenieros de la UMass Amherst (campus de la Universidad de Massachussets en Amherst). Se trata de un tejido sintético bicapa, inspirado en la piel del oso polar, que capta la luz solar y mantiene calientes a sus usuarios. La investigación, publicada en la revista ACS Applied Materials & Interfaces, ha contado con el apoyo de la National Science Foundation estadounidense.

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El oso polar, modelo para el desarrollo de Soliyarn

El tejido capta y conduce la luz visible y gracias a ella calienta el material envuelto por el tejido. Una chaqueta fabricada con él, por ejemplo, es un 30% más ligera que una de algodón, es cómoda y protege contra temperaturas bajas.

Hace tiempo que a los científicos les ha fascinado cómo los osos polares pueden sobrevivir a temperaturas de hasta -50 grados Fahrenheit (unos 45 grados centígrados). Una característica clave que les ayuda a mantenerse calientes es su pelaje, que transmite con gran eficacia la radiación solar hacia su piel. Su piel negra, por otro lado, también es importante porque absorbe la luz y se calienta eficazmente.

Reproducción de la protección bicapa de los osos

Los ingenieros de UMass Amherst han reproducido este efecto creando un tejido bicapa que conduce la luz visible hasta una capa de nylon recubierta de un material oscuro llamado Pedot, un polímero resultante de la mezcla de dos ionómeros. Este material calienta eficazmente, permitiendo que una prenda mantenga al usuario cómodo a temperaturas más frías que las que podría soportar con una chaqueta de algodón. Para ello, por supuesto, hace falta que el usuario esté al sol o en una habitación bien iluminada.

El pelaje, sin embargo, es sólo la mitad de la ecuación, afirma Trisha L Andrew, autora principal del artículo y profesora de química e ingeniería química en la UMass Amherst. La otra mitad es la piel negra de los osos polares.

El tejido funciona como una fibra óptica natural que conduce la luz solar hasta la piel. Evita que ésta, ya caliente, irradie al exterior todo ese calor que tanto le ha costado conseguir.

La calefacción de los espacios consume enormes cantidades de energía, en su mayor parte derivada de combustibles fósiles, explica Wesley Viola, autor principal del trabajo y que ahora trabaja en Soliyarn, la empresa de Andrew. Nuestro tejido puede ser usado en prendas exteriores en los días soleados. La estructura que atrapa la luz y el calor, sin embargo, funciona con la eficacia suficiente para poder usarlo en espacios interiores bien iluminados. Al concentrar los recursos energéticos alrededor del cuerpo, este enfoque podría ser mucho más sostenible que el utilizado actualmente en las prendas de exterior.

+ Info: https://soliyarn.com/heated-garments/

25.04.2023