Alguien de dentro de la compañía y cercano a la familia habló para el Wall Street Journal y aseguró que la marcha de Di Risio es inmediata. Explicó en el rotativo estadounidense que se debe a la confrontación con Donatella Versace sobre la estrategia a seguir para eliminar costes. Esta fuente confirma que la decisión está tomada y que la empresa todavía no sabe cómo reaccionar al respecto.La familia Versace es propietaria al 100% del capital de la empresa. Donatella Versace tiene el 20%, su hermano Santo Versace, el 30%, y la hija de Donatella, Allerga Versace Beck, el 50% restante.Desde Wall Street Journal consideran que la marcha de Di Risio podría perjudicar todavía más la cuenta de resultados de la empresa, que igual que otras empresas europeas que mantienen su raíz familiar, consideran que sufren más que las demás la crisis económica, a pesar de haber cedido las riendas a un ejecutivo externo para reestructurar su su actividad y ayudarlas a crecer.Según explica el diario económico, el desencuentro entre Donatella Versace y Di Risio por el recorte de los costes no es nuevo, sino que incluso en los buenos tiempos, ya se discutía sobre cuánto gastaba la empresa en eventos públicos y campañas de publicidad. Con el contexto de crisis económica y el consecuente desplome de las ventas, el rotativo asegura que la presión sobre los directivos aumenta.Recuerda además que el caso de Di Risio no es único. En abril, se despidió de su puesto el responsable de operaciones y director comercial de Prada, Brian Blake.Evolución de la empresaDonatella y su hermano Santo tomaron el timón de Versace tras la muerte de Gianni en 1997. A pesar de que los seguidores más fieles del diseñador se volcaron en la marca, la situación financiera de la empresa fue de mal en peor hasta que se puso al frente Giancarlo di Risio en 2004. Por aquel entonces, la compañía acumulaba una deuda de 146 millones de dólares y registraba pérdidas netas de 124 millones de dólares.Di Risio empezó a separar los activos de la empresa de los de la familia, que incluían entre otros, una torre en Manhattan propiedad de la familia, que se vendió en 2005 por valor de 35 millones de dólares. En nuevo director general eliminó líneas de producto que no funcionaban, como la de íntimo o la infantil, y centró su estrategia de crecimiento en abrir tiendas insignias en capitales de la moda.La mano de Di Risio llegó hasta el diseño, desvinculando la marca de la imagen sexy de rubia teñida hacia un estilo más contenido, al tiempo que centraba esfuerzos en desarrollar las líneas de accesorios, como bolsos y zapatos, que son los que generan el mayor margen de beneficio. Uno de los desencuentros entre Di Risio y Donatella Versace vino por la intención de ésta de recuperar la colección de alta costura y organizar un gran desfile, que él tuvo que quitarle de la cabeza.En 2006, Versace abandonaba los números rojos y registraba beneficios de 19,1 millones de euros, aunque desde entonces, ha ido a la baja. En 2008, facturó 336 millones de euros y alcanzó un beneficio neto de 9 millones de euros, lejos de los 13 millones de euros del año anterior.Se supone que la caída de los beneficios es uno de los detonantes de la decisión de Di Risio, cuya estrategia se basaba en que Donatella Versace simplificase los diseños para poder reducir precios.