Con esta puesta en escena, que tuvo lugar ayer domingo en la Galería Colbert de París, Armand Basi celebra cinco años sobre la pasarela francesa y 20 de trayectoria profesional. Su director artístico, el diseñador catalán Josep Abril, propuso para la ocasión un hombre amante de la aventura, con clase, elegante y de gusto exquisito.En un ejercicio de recuperar la esencia de las cosas, de apostar por los tejidos naturales, por las prendas básica, trabaja una línea cómoda, pero a la vez sofisticada, que sabe medir el justo equilibrio entre la tradición del corte y del acabado perfecto y el confort. En este sentido, prima el uso de materias como la alpaca, la seda, el mohair o el cashmere, en jerséis de punto, sastrería o gruesos abrigos de paño.El contrapunto de vanguardia, lo dan las camisas tradicionales de cuello y puño intercambiables, pantalones pitillo muy bajos o altos de cintura, americanas ajustadas y alargadas, casi levitas. La apuesta, según explica el mismo Abril, es “el lujo de las cosas simples pero exquisitas, perfectas”.