La negativa de los confeccionistas de Bangladesh puede empeorar la situación en el sector confeccionista y entorpecer sus exportaciones.

La Asociación de Fabricantes y Exportadores de Confección de Bangladesh (BGMEA, por sus siglas en inglés) se ha negado a aceptar la demanda de los trabajadores de un aumento salarial en el sector confeccionista. La decisión solo puede empeorar la situación en las fábricas, dificultando la producción y las exportaciones, de las que depende buena parte de la economía del país.

Bangladesh, BGMEA, Rana Plaza
Operarias en una fábrica confeccionista de Bangladesh.

La asociación ha comunicado la decisión durante una reunión celebrada el 23 de septiembre. La BGMEA citó el aumento de costes de la electricidad y el gas, la inestabilidad financiera del sector y el aumento de gastos de producción como razones para rechazar el aumento salarial.

La decisión se produce en medio de un ambiente enrarecido por las dificultades políticas del país (la primera ministra Sheikh Hasina ha huido del país, debido a la complejidad de la situación) y por la crisis en su sector productivo, donde abundan las huelgas. Si bien los salarios han subido sustancialmente en los últimos años, también lo han hecho los beneficios empresariales. Ambas partes no parece que vayan a alcanzar un acuerdo a corto plazo.

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Los sindicatos de trabajadores presentaron 17 demandas clave al gobierno, siendo las más urgentes la reforma de la Junta de Salarios, la reestructuración salarial y un incremento mínimo anual del 10%. Sus representantes plantearon sus demandas en una reunión con el Ministerio de Trabajo y Empleo del país. Entre otras reclamaciones, se encontraban las referidas a implementar de inmediato el salario mínimo de 2023 en todas las fábricas, modificar la legislación laboral, garantizar aumentos salariales anuales y establecer fondos de previsión en todas las fábricas.

Principales demandas de los trabajadores

Las principales demandas de los trabajadores son las siguientes:

  1. Reestructuración de la Junta de Salarios para revisar el salario mínimo de los trabajadores.
  2. Implementación inmediata del salario mínimo declarado por el gobierno para 2023 en todas las fábricas.
  3. Enmiendas a las leyes laborales para proteger los derechos de los trabajadores.
  4. Compensación para los trabajadores despedidos tras más de cinco años de empleo.
  5. Pago inmediato de todos los salarios pendientes.
  6. Aumentos iguales en las bonificaciones por asistencia, comidas y turnos nocturnos en todas las fábricas.
  7. Establecimiento de sistemas de fondos de previsión en todas las fábricas.
  8. Un aumento salarial anual obligatorio de al menos el 10%.
  9. Introducción de un sistema de reparto controlado para los trabajadores.
  10. Control gubernamental sobre la lista negra de trabajadores, actualmente administrada por la BGMEA.
  11. Retirada de todos los procesos con motivación política.
  12. Medidas legales para poner fin a los monopolios en el negocio de tejidos.
  13. Prácticas de contratación justas en todas las fábricas.
  14. Compensación y atención médica para los trabajadores heridos o muertos en incidentes en las fábricas.
  15. Creación de guarderías en las fábricas, tal como lo exigen las leyes laborales.
  16. Protección contra despidos injustificados de trabajadores.
  17. Ampliación del permiso de maternidad a 120 días para las trabajadoras.

Con la negativa de la BGMEA a satisfacer las demandas clave de los trabajadores, el sector de la confección puede sufrir más disturbios a medida que los sindicatos presionen para obtener una mejor compensación en medio de crecientes presiones económicas.

¿Por qué la situación es relevante para todo el mundo?

El sector confeccionista de Bangladesh –que fue creado hace 45 años- es el segundo del mundo por su volumen exportador. Genera el 80% de los ingresos del país por exportaciones. Más allá de las reivindicaciones obreras a las que ya nos hemos referido, los conocedores del país insisten que el sector confeccionista necesita renovar completamente el enfoque y la conducta de los empresarios, que tienen mucho poder político y todavía se rigen por costumbres arcaicas.

El colapso del edificio Rana Plaza, sucedió en 2014, todavía resuena. Hubo miles de muertos y desaparecidos.

Es evidente que cuando los trabajadores no tienen forma de provocar cambios solo pueden acudir a las huelgas y a las manifestaciones callejeras. El sector depende de dos grandes organizaciones patronales: la BGMEA (Bangladesh Manufacturers & Exporters Association) y la BKMEA (Bangladesh Knitwear Manufacturers & Exporters Assocation). Según varias fuentes, los líderes de ambas organizaciones están fuertemente vinculados al poder social y político del país.

En la práctica, tanto la BGMEA como la Federación de Cámaras de Comercio dependen del partido en el gobierno. Las empresas confeccionistas se quejan de que los movimientos obreros no siguen unos criterios lógicos. El país cuenta con 1300 sindicatos. Muchos de sus líderes están estrechamente conectados con los partidos políticos o con las empresas. Los líderes sindicales, por su parte, aducen que el sistema industrial de Bangladesh no deja ningún resquicio para la negociación entre empresas y trabajadores.

Para más información: https://www.bgmea.com.bd/

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