¿Vestirías una chaqueta creada con ADN de piel auténtica?
Modern Meadow quiere cultivar piel en un laboratorio partiendo del ADN de piel auténtica, que es transformada en una fábrica de colágeno. El resultado es piel biológicamente comparable a la de los animales, pero sin sus inconvenientes para el medio ambiente.
6.03.2017.- La piel es una de las materias primas más usadas en el mundo para fabricar productos de moda, accesorios, calzado, tapicería, textiles de hogar, decoración de interiores, etc. En 2010 se calculó que el valor de mercado de todos los productos de este sector alcanzaba ya los 100 billones de dólares anuales.
Desgraciadamente, su huella medioambiental es también más que considerable: polución, posible maltrato a los animales, enfermedades de los trabajadores, etc. Los trabajadores del sector de la curtación, por ejemplo, tienen tendencia a sufrir cáncer, problemas respiratorios, etc. debido sobre todo al contacto con los productos químicos usados para el tratramiento de las pieles.
A través de los años, la humanidad ha buscado alternativas a la piel auténtica que evitase todos estos daños colaterales, pero en general no han tenido el éxito esperado, o bien porque no tenían la belleza de la piel auténtica o bien porque apenas reducían el daño producido por la piel.
Vestirías una chaqueta hecha de piel creada a partir de ADN?
Ahora, Modern Meadow, una empresa biotecnológica de Nueva York fundada en 2011, asegura haber encontrado una alternativa que podría resolver este nudo gordiano. Básicamente lo que Modern Meadow se propone es cultivar piel en un laboratorio partiendo del ADN de piel auténtica, que es transformada en una fábrica de colágeno, que es la principal proteína que existe en la piel de los animales y que poco a poco construye una red de fibras que después se puede curtir como una piel cualquiera. El resultado es piel biológicamente comparable a la de los animales, pero sin sus inconvenientes.
Durante su primera etapa, sin embargo, recibió críticas porque, a pesar de todos los pesares, se vió obligada a utilizar células de animales donantes y serum fetal, que utilizaba como caldo de cultivo de las células. Parece que posteriormente ha conseguido evitar el uso de esos sistemas.
Estamos construyendo una plataforma para la producción biológica de piel, asegura Suzanne Lee, antigua diseñadora y ahora director creativa de Modern Meadow. Pero por ahora estamos solo arañando la superficie de lo que podemos conseguir en el futuro. Desde el punto de vista del diseñador, producir ese material abre nuevas oportunidades a todo el sector. Podemos crear algo más fino y al mismo tiempo más fuerte y ligero que la piel natural.
Este desarrollo abre también nuevas perspectivas para el consumidor, que ya no estará ante la alternativa clásica, y que podrá atraer especialmente a los veganos. Podrá disponer de una piel de alta calidad, pero sin los problemas éticos que supone la natural. Evidentemente, existe la posibilidad de producir piel de cualquier animal, por raro que sea, y quizá incluso de especies ya extinguidas. Desde luego recrear la piel de un mamut, por ejemplo, no es nuestra mayor prioridad, pero es exactamente lo que podemos conseguir con esta tecnología – asegura Suzanne.
El año pasado, Modern Meadow consiguió una financiación de 40 millones de dólares para pasar a la comercialización de sus productos, porque hasta ahora solo disponía de un laboratorio de ensayos para realizar prototipos. Ese capital les permitirá levantar una fábrica a nivel industrial que lleve sus productos al mercado en un plazo de dos años.
Suzanne Lee también ha aclarado que no piensa que la piel sintética sustituya a la piel natural sino que más bien la complementará en determinados productos y segmentos de mercado. Yo creo que resulta equivocado pensar que este nuevo material vaya a sustituir inmediatamente la piel que hemos disfrutado desde hace milenios. En el siglo XX, por ejemplo, la aparición del nylon fue muy importante, pero no impidió seguir usando todos los tejidos que ya conocemos. Con nuestro producto ocurrirá lo mismo.
Modern Meadow no es en modo alguno la única empresa que está intentando fabricar una piel de origen biológico, que funcione bien y que sea económicamente viable. Recientemente, por ejemplo, Mycoworks, una start-up californiana, ha conseguido financiación para desarrollar un producto similar usando el micelio de las setas. Y, para llevar las cosas al extremo, hay quien está intentando crear piel a partir del DNA de Alexander Mcqueen. Creo que debemos ver todos estos intentos, no como competidores, sino como socios nuestros. Nos emociona ver todo un colectivo de empresas que está intentando fabricar por medios biológicos materiales que son mejores para la gente y para el planeta que los que ya teníamos -concluye la diseñadora.
+ info: https://www.modernmeadow.com