Informe de la ONG Chemsec sobre el sector de los PFAS
Según Chemsec, su coste ambiental y social es enorme y a largo plazo. La mayor parte de su producción es realizada por 12 empresas
Chemsec ha publicado un informe que analiza los costes sociales de las sustancias químicas PFAS, que calcula en 16 billones de euros al año. Además, desvela los nombres de sus 12 principales productores mundiales.
Las PFAS ha sido utilizadas desde hace décadas en muchos productos de consumo, pero solo recientemente han despertado el interés por sus consecuencias negativas. Debido a su amplio uso, pueden encontrarse en el agua, el medio ambiente e incluso en nuestros propios cuerpos. A pesar de su importancia, hay escasez de información sobre qué empresas son las mayores productoras de PFAS, cuál es el tamaño de su producción y cuál es el coste social de las PFAS, que Chemsec evalúa en 16 billones de euros al año. El precio medio de mercado de los PFAS es bajo: en torno a los 19 euros por kilo.
Aunque la contaminación por PFAS es enorme, no lo es el dinero generado por su venta. En 2022, el tamaño del mercado mundial de PFAS fue de poco más de 28.000 millones de dólares. Puede parecer mucho, pero es una miseria comparado con el tamaño del mercado de todos los productos químicos, que asciende a 4,73 billones de dólares. La producción de PFAS, por lo tanto, es sólo el 0,5% de la producción química total. A través de una serie de cálculos indirectos, Chemsec considera que en 2022 los beneficios que generan ascendieron a 4.000 millones de dólares. De nuevo, una cifra modesta si la comparamos con los beneficios generados por todos los productos químicos. Sólo en EE.UU. ascendieron a 77.000 millones de dólares.
Hace unas semanas Pinker Moda ha publicado una información al respecto, aludiendo a una marca de calzado que ha decidido prescindir de ellos.
Costes sociales y ambientales de los PFAS
Pasemos ahora al otro lado de la ecuación coste-beneficio de los PFAS: ¿cuáles son los costes de los PFAS? El Consejo Nórdico de Ministros calcula que los costes sanitarios directos derivados de la exposición a los PFAS sólo en Europa ascienden a una cifra entre los 50.000 y los 85.000 millones de euros anuales. Si añadiésemos los costes de eliminación de los PFAS del medio ambiente, la cifra sería muy superior.
La eliminación de los residuos de PFAS debería enfrentarse a la descontaminación del suelo, a la depuración del agua y a los daños en personas y animales. Sus fabricantes rara vez mencionan este problema. Sus informes, en cambio, hablan muchísimas veces de su enfoque a la sostenibilidad.
¿Son los PFAS vitales para la sociedad?
La UE ha publicado recientemente una propuesta para prohibir un gran número de PFAS, que ha levantado protestas entre las empresas afectadas. En cualquier caso, la prohibición total de los PFAS tiene muchas ventajas. Una de ellas es que evita la tentación de sustituir un PFAS por otro, aparentemente menos dañino. Esto se ha hecho repetidas veces, en general con resultados nefastos. Un ejemplo ha sido la sustitución del PFOA por el denominado Gen-X, que fue una decisión catastrófica.
Un argumento central para mantener los PFAS es que son esenciales en muchos ámbitos, como en la medicina y la mitigación del cambio climático, por ejemplo. ChemSec está de acuerdo en que hay casos concretos en los que debería permitirse el uso de PFAS –y de otras sustancias químicas peligrosas- hasta que se disponga de alternativas. Existe, sin embargo, una tendencia a sobrevalorar el papel de los PFAS como algo esencial, cosa que no ocurre en muchos sectores donde ya existen alternativas viables.
ChemSec termina su informe con la lista de las doce empresas que producen la mayor parte de los PFAS usados en el mundo. Se trata de AGC, Arkema, Chemours, Daikin, 3M, Solvay, Dongyue, Archroma, Merck, Bayer, BASF y Honeywell.
Chemsec, una ONG dedicada a la química
ChemSec –Secretaría Internacional de Sustancias Químicas- fue fundada en 2002. Es una organización independiente sin ánimo de lucro que aboga por la sustitución de sustancias químicas tóxicas –que están en todas partes, la ropa entre otras- por alternativas más seguras. Mediante la investigación, la colaboración internacional y herramientas prácticas, impulsa el desarrollo de una legislación más progresista sobre sustancias químicas. Empuja a las empresas hacia la transición a alternativas no tóxicas. Cuenta con el apoyo financiero del Gobierno sueco y de otras instituciones.
Actúa a escala mundial para facilitar el contacto entre los responsables de la toma de decisiones, las empresas y la investigación en la lucha contra las sustancias químicas peligrosas. Aboga por una legislación progresista y una gestión empresarial sostenible, y ofrece orientación a las empresas que desean cambiar su forma de trabajar. Entre otras cosas, desarrolla la Lista SIN y otras muchas herramientas online, que orientan a las empresas y muestran cómo pueden reducir el uso de sustancias químicas peligrosas. Cuentan con el reconocimiento de la ONU, la UE, ECHA (la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos), muchas organizaciones medioambientales y otras instituciones y centros de investigación.
22.06.2023