Colonias textiles a la vista
El Museo de Historia de Cataluña, en el puerto de Barcelona, ofrece hasta el 7 de marzo una exposición de casi mil metros cuadrados sobre las colonias industriales catalanas, que en su inmensa mayoría estuvieron dedicadas a la manufactura textil.Las colonias textiles nacieron a comienzos del S. XIX y adquirieron su mayor importancia en la segunda mitad del siglo. Se instalaron en los márgenes de los principales ríos, y muy especialmente en las cuencas del Llobregat (denominado por esto, el Río de Oro) y del Ter, en las comarcas del Ripollés, Osona, Berguedá y Bages, para aprovechar la fuerza de su corriente para mover su maquinaria de hilatura y tisaje. Bastante más adelante también hicieron uso del vapor e incluso de la electricidad. A mediados del S. XX su importancia había decrecido ya considerablemente y la crisis del petróleo de 1973 las remató.Como solían estar alejadas del centro urbano de sus municipios, tuvieron que crear verdaderas ciudades, donde los trabajadores y los técnicos tenían sus viviendas, y donde había escuelas, iglesias, centros de salud, tiendas, etc. Especial importancia tuvo siempre la vivienda de los propietarios, aunque estos muchas veces la utilizaron sólo como segunda residencia. Algunas de ellas son verdaderos monumentos modernistas.Un paseo por la historiaLa exposición documenta el nacimiento, evolución y muerte de estos complejos (su número se sitúa en torno al centenar), que constituyen uno de los elementos más emblemáticos del patrimonio industrial catalán.El visitante puede ver documentos, planos, fotos sobre bastantes colonias: Fabra i Cotas, en Borgonyá, Viladomiu Vell, en Gironella, Burés, en Castellbell i el Vilar, Güell en Sta. Coloma de Cervelló, Sedó, en Esparraguera, etc.También incluye varios documentales sobre esta institución: algunas grabaciones de época y documentos rodados para la exposición, donde antiguos trabajadores hablan sobre sus experiencias, en general muy positivas, contrarias a la leyenda negra difundida a veces contra las colonias. La exposición analiza no sólo el papel industrial, sino también el social, arquitectónico, etc.La exposición presenta también el ambiente que se vivía en las colonias, con dioramas, maquinaria (un telar Rüti de la época, por ejemplo), vehículos, utillaje, etc. Recrea asimismo varios de sus espacios más típicos: oficina, dispensario, taller, almacén, vivienda, bar, casa de los amos, etc.Un futuro distintoHoy en día la mayoría de las colonias han abandonado ya la producción textil, aunque algunas fábricas siguen activas. Desde hace ya varios años tanto la Administración y la sociedad catalana desean encontrar vías para conservar y valorizar esos complejos industriales y cívicos.De hecho, existen ya unos organismos (como el Consorcio del Parque Fluvial del Llobregat) que coordinan las acciones. Algunas colonias se han convertido en Museos y Centros de Interpretación que ofrecen visitas guiadas, otras se han transformado en monumentos a la memoria histórica, algunas están dedicadas a fines turísticos, otras se han convertido en barrios integrados en sus respectivos municipios, etc.En este sentido destaca la visita a la Torre del Amo en la colonia Viladomiu Nou, la ruta cultural de Ametlla de Merota, los paseos por la colonia Pons, etc.