Según la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el grupo, que controla la familia Doménech, provisionó 12,8 millones por el cierre de una planta en Filipinas, 3,7 millones por reestructurar tres plantas en España en un único centro productivo, 6,3 millones a cargo de una nueva valoración del fondo de comercio por la compra del grupo norteamericano EFA y 9,5 millones por imposibilidad de aplicar créditos fiscales, entre otras partidas. Los 55 millones de pérdidas suponen más del doble de los números rojos del año pasado, en el que Dogi tampoco obtuvo beneficios y perdió 22 millones de euros. El resultado operativo también fue negativo, de 38 millones de euros. Las ventas también cayeron a 118 millones de euros, el 13% menos, por el ajuste de su capacidad productiva mundial, según explicó la compañía.