Así lo hizo saber ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en un informe en la que destaca también que la cifra de negocio consolidada del grupo en 2010 se elevó a 59,6 millones de euros, un 9 % menos que en 2009.

La venta de las participaciones en las joint ventures de Sri Lanka y Tailandia explicarían este descenso de la cifra de negocios.

El Ebitda (beneficios antes de intereses y amortizaciones) pasó de los 8,7 millones negativos de 2009 a 0,4 millones positivos en 2010.

La matriz española del grupo consiguió unos resultados positivos 16,37 millones de euros, frente a las pérdidas de 15,4 millones de 2009. En cuanto a la filial alemana, Penn Elastic, presentó la insolvencia voluntaria en 2009 de forma unilateral, por lo que Dogi analiza todavía si emprende acciones legales.

En 2010, la compañía textil terminó de ejecutar el plan de viabilidad iniciado a finales de 2009, lo que le permitió salir del concurso de acreedores, un año y tres meses después de haberlo solicitado, según la información de la empresa. Este plan contempla la desinversión en las joint ventures asiáticas, obteniendo unos ingresos totales por la venta de 3,25 millones de euros.

El grupo queda ahora configurado en torno a la matriz española y las filiales en China y USA, participadas al 100 %.

Los créditos contra la masa a final de diciembre de 2010 ascendían a 3,5 millones de euros y el endeudamiento global del grupo disminuyó en 35 millones con respecto al año anterior.

La compañía persigue en 2011 continuar con el ajuste de su estructura de costes para conseguir una mayor rentabilidad y centrará parte de sus esfuerzos en la filial China que quiere incrementar su cifra de negocios en clientes locales. Dogi tiene además pendiente de resolución por parte del Instituto Catalán de Finanzas (ICF) un crédito de hasta un máximo de 1,5 millones de euros.

La acción de Dogi fue suspendida de cotización por la CNMV en mayo de 2009 con un valor de 0,64 euros por acción y la empresa espera a medio plazo volver al parqué.