Stuart Vevers ha devuelto a Loewe su carácter más clásico. Desde su fichaje, hace apenas un par de meses, ha realizado una profunda inmersión en las raíces de la marca con el objetivo de sacar a la luz lo mejor de ella. De hecho, su fichaje responde a la estrategia de la casa por reforzar la marca y, para ello, el primer paso es cuidar de su alma que, en este caso, vibra desde hace 160 años.Las prisas del fichaje han repercutido en la puesta en escena y, en vez de un desfile en el marco de la semana de la moda de París, Loewe ha optado por una presentación más modesta (y ajustada a la colección) en la Ópera Cómica.La entrada de Vevers es la apuesta de su actual presidente y consejero delegado, Albert Puyol, para reflotar la identidad de la marca, tal y como él mismo explicaba la semana pasada en el periódico Expansión. El debut del diseñador británico (que ha pasado por los ateliers de Calvin Klein, Bottega Veneta, Givenchi, Louis Vuitton y Mulberry) ha ido en esta línea.Propone vestidos clásicos, que reinterpreta con matices cargados de ironía, con accesorios que parecen sacados de una caja de herramientas, o toques masculinos, que aportan rigor y seguridad. Explica que se ha inspirado en Paloma Picasso, la de los años 70, y en la sexualidad natural y fortaleza que entonces irradiaba.

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