Fast Fashion, ¿oportunidad para las industrias textiles europeas?
Para la industria del Fast Fashion la inestabilidad en países como China y las fluctuaciones en el precio de los transportes y de las materias primas, además de la necesidad de reponer colecciones incluso cada semana, hacen necesaria la búsqueda de otras vías de producción. Pero, ¿dónde?
25.04.2016.- El Fast Fashion debe ser ante todo, eso: “Fast”. Antes, los gigantes de la distribución de la moda podían esperar un mes hasta que el container llegara desde China u otros países asiáticos para abastecer a sus tiendas de todo el mundo con la nueva colección de moda. El precio bien merecía la espera a pesar de que el riesgo era y es máximo. Pero ahora que los grandes de la moda rápida (o Fast Fashion) se atreven con la reposición de colecciones cada 15 días (algunos cada semana), ahora que el ecommerce aprieta con el servicio SameDay (que permite al consumidor recibir su pedido el mismo día de la compra) y que las pasarelas se apuntan al “lo veo, lo quiero, y ¡ya!”, esto de producir tan lejos se está convirtiendo en un verdadero quebradero de cabeza para las grandes marcas de moda, sobre todo teniendo en cuenta que ya no es tan barato como antes producir en China. La inestabilidad en países como China o Bangladesh, las fluctuaciones en el precio de los transportes y de las materias primas hacen que se haga necesario buscar otras vías de producción.
Ante esta nueva situación del Fast Fashion, la industria del textil y de la moda europea se frota las manos y recupera la ilusión. Algunos lo tienen más fácil que otros. Reino Unido, por ejemplo, a través de operadores público o privados, ya ha puesto en marcha programas para promover la moda local. En España, sede de algunos de los principales grupos de distribución de moda del mundo, también están surgiendo algunas iniciativas de esta índole, pero la economía está como está y el Gobierno no está para muchas ayudas.
Aún así los intentos de reindustrialización persisten, a través de una mano sobre mano de una industria textil local pequeña, con pocos trabajadores, pero con una mano de obra impecable, y un know-how familiar y una rapidez de respuesta que bien merece la inversión. A todo esto hay que sumarle lo que le puede simplifica las cosas hablar al Fast Fashion el mismo idioma.
El Grupo Inditex anunció recientemente que el ‘efecto sede’ del Grupo consigue también repercutir de forma indirecta en toda la industria auxiliar en España, donde el Grupo cuenta con más de 7.500 proveedores que generan unos 50.000 empleos indirectos, y que en 2015 han facturado a Inditex 4.100 millones de euros.
Un ejemplo de que esto funciona es el éxito de la feria BSTIM, la feria de producción textil (Best Solutions in Textile Manufacturing), que nació el pasado año para ofrecer a la industria de la moda europea una alternativa de producción textil de proximidad frente a Asia, con tiradas más cortas y un servicio más cercano y profesional. El éxito de la pasada edición fue tal que BSTIM colgó el cartel de completo en su última edición, celebrada del 24 al 25 de febrero, con un total de setenta y tres stands que ocuparon unos sesenta productores locales- y contó en su lista de visitantes confirmados compradores procedentes de Rusia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Bulgaria y Portugal, además de los españoles. Este año destacaba como novedad el espacio “Fresh Fashion” donde se exponía materia prima -principalmente hilaturas- y se facilitaba así que productores y compradores pudieran cerrar pedidos ultrarrápidos en plazos de entrega de sólo 21 días.
Esta es la continuación de otros proyectos que se han ido poniendo en marcha desde 2013, momento en el que se firmó el acuerdo para la implantación de Distrito BB, un centro productivo multiempresa dedicado a la confección de moda infantil y con vocación de convertirse en un polo de innovación de productos para la infancia. En mayo de 2014, el clúster de las empresas textiles de la Anoia y el Ayuntamiento de Igualada presentaron el proyecto Igualada Fashion Backstage, que nacía con el objetivo de captar a las empresas textiles que dejan de producir en Asia. En noviembre de 2014, la Xunta de Galicia lanzaba un plan que prevé rebajas de un 15-50% en la venta de suelo industrial y favorecer procesos de relocalización de sectores estratégicos de la comunidad, como el textil. Y a principios de 2015 nacía Latitude Contemporary Fashion Makers con el objetivo de contribuir a la reindustrialización del sector textil a través de una red de talleres, situados en Galicia, en los que no sólo se cuida la calidad, sino también a las personas que están detrás de las prendas, y se contribuye a la recuperación de un sector estratégico. Más tarde nació 4 Fashion Madrid (www.4fashionmadrid.com), para poner en contacto a proveedores y profesionales con marcas interesadas en realizar pedidos en proximidad.”
Las estadísticas aún no reflejan un cambio importante en la tendencia, pero es grande el campo que se está plantando y, esperamos, pronto comenzaremos a ver los frutos.
+ Lea el reportaje en el número 352 de la revista Pinker Moda.