La etiqueta se ha convertido ya en una huella de la marca, llamada a durar tanto como la prenda misma y, por ello, es muy sensible a las variaciones en el mercado.Actualmente, sus líneas de fuerza apuntan hacia las etiquetas ecológicas, las etiquetas con protección, las etiquetas con RFID y las etiquetas con una fuerte carga de branding.Tendencias en etiquetajePous asegura que las tendencias en etiquetaje apuntan a varias direcciones: “Quizá en primer lugar hacia las etiquetas ecológicas, entre las que destacan las realizadas en materiales orgánicos, como algodón orgánico, bambú, poliéster reciclado, etc., con tintas en base de agua, etc.” Bastantes marcas no llegan a proponérselas porque consideran que quedan fuera de sus posibilidades económicas, aunque Avery Dennison consigue producirlas al mismo precio que las restantes o con una diferencia muy pequeña.En segundo lugar, “se acelera el acercamiento entre las etiquetas y la protección en origen contra el robo”, explica Pous. Ahí hay que distinguir el robo profesional externo, que resulta difícil de eliminar, el hurto interno, que es más importante de lo que parece, y el robo ocasional, realizado por los propios clientes, a menudo de forma impulsiva.Esta protección en origen resulta una necesidad evidente: no puede incorporarse ni en los centros logísticos ni en las tiendas porque carecen de la experiencia suficiente y porque generarían unos costes bastante mayores. “Hemos realizado un etiquetaje de este tipo, por ejemplo, para una cadena española de centros deportivos, cuyos usuarios se llevaban centenares de toallas, una sangría que hemos cortado de raíz”, asegura el directivo.También son importantes las etiquetas con tecnología RFID, una tecnología que ya utiliza el 80% de los mayores retailers del mundo. Su implementación en American Apparel constituye un buen ejemplo.Por último, indica Pous, hay que destacar la etiqueta como instrumento de branding: “Se trata de un elemento diferenciador de la marca, en el producto mismo y en su packaging”.Grupos de clientes“En Avery Dennison, continúa Josep Pous, servimos a cuatro grandes grupos de clientes: Las marcas de Fast Fashion, que privilegian la rapidez en las entregas y los costes reducidos. Las marcas sportswear, con un branding muy fuerte, que privilegian los transfers térmicos y elásticos, y los componentes visibles o invisibles anti-falsificación como los números secuenciales o las taras imperceptibles. Las marcas medias del mercado, que privilegian una combinación de valores: branding, velocidad, complejidad. Y las marcas low cost, que privilegian el precio y desean etiquetas muy sencillas”.70 años de experienciaAvery Dennison tiene ya 70 años de experiencia global en etiquetaje. Actualmente abastece a muchas de las principales marcas globales de moda desde sus 200 centros de producción en 44 países, que suelen garantizar las entregas en cuestión de horas. En España existe una en Galicia.A pesar de eso, nuestras ventas están siendo condicionadas por la crisis de consumo. Es lógico, porque el sector de la moda vende menos y se ha visto obligado a redimensionarse y a ser más eficiente.Josep Pous confía en el futuro del sector: a pesar de la crisis, las cadenas de moda siguen apostando por las nuevas aperturas. “Pienso que a fines de 2010 la situación puede normalizarse en España. Fuera de nuestro país, la recuperación va más rápida. De hecho, nuestras fabricas en Bangladesh y Vietnam están colapsadas por los pedidos”.