Valentino debuta en Venecia
Valentino, ayer en Venecia |
El film es una mirada íntima a los dos últimos años del creador en la casa de moda fundada en la década de los 60, que se convirtió en un sinónimo de la alta costura durante medio siglo. “Yo sé lo que quieren las mujeres, ellas quieren ser guapas”, sentencia el diseñador italiano en una escena de la película. “Eso siempre fue la cosa para mí, diseñar y crear vestidos. No soy capaz de hacer ninguna otra cosa”.El documental, con el que el periodista Matt Tyrnauer le ha rendido pleitesía, sigue la trayectoria de Valentino entre junio de 2005 y julio de 2007, cuando acogió una celebración de tres días en Roma para conmemorar el 45º aniversario del grupo de moda. El creador italiano se retiró en enero de 2008, después de un último desfile en París, tras meses de especulaciones sobre su futuro después de que la firma privada Permira se hiciera gradualmente con su imperio.La hipótesis del documental no es tanto que su genio sea irrepetible y único, sino que con su ausencia desaparece para siempre la concepción artesana de la moda, la que se basa en un taller destartalado dominado por empecinadas mammas italianas que cuidan con mimo cada costura. Por eso es por lo que Valentino se eleva a último emperador.Valentino: The Last Emperor se centra en el estudio donde el modisto creaba sus vestidos, en los bastidores de las pasarelas de París donde las personalidades hacían colas para asistir a la presentación de las colecciones y en las casas alrededor del mundo, donde el creador albergaba fiestas para estrellas y miembros de la realeza.También captura la intensa relación entre el diseñador y Giancarlo Giammetti, el socio de Valentino y su compañero sentimental durante 50 años, cuya visión fue tan importante para el éxito de la firma como el talento creativo del modisto. La película sigue a la pareja en los yates y los jets privados, mientras un ejército de costureras, algunas de las cuales han seguido al creador italiano durante 35 años, trabajan para traer al mundo real sus visiones, en el taller de Roma.“Después de mi, el diluvio”“Fue algo que me emocionó realmente, que se hiciera un documental sobre mi vida”, explicaba ayer Valentino tras el pase de la película en el Festival de Venecia. Y aunque en el filme desafía diciendo “después de mí, el diluvio”, en la rueda de prensa espetó en tono épico: “La moda no morirá jamás, es como una vieja canción que permanece para siempre”.Nati Abascal, Gwyneth Paltrow, Michael Caine y Joan Collins son, junto con sus inseparables perros, algunas de las personalidades que aparecen en el filme, que también recuerda a Audrey Hepburn, a Jackie Kennedy y a Lady Di, las que confirmaron década tras década que la apuesta de Valentino por lo clásico jamás perdía vigencia.“A lo largo de estos años, he aprendido que la belleza va más allá de lo físico. Está en la actitud, está en el movimiento, y he aprendido a vestir a gente que no era especialmente hermosa, pero que sabían crear belleza”, reflexionaba ayer. Sin embargo, ese factor tan intangible no es el que le ha convertido en una figura clave de la moda: “El único secreto ha sido empezar desde abajo, poco a poco. Sólo la experiencia te puede llevar a lo más alto”.Las 250 horas de metraje reducidas a noventa minutos de duración también revelan la complejidad de las pompas sobre las que se sostiene un mundo descalificado por su supuesta frivolidad. Valentino se defiende: “Es un mundo de un interés increíble. Es sueño, es belleza y en todos mis años de carrera, entre la gente sentada alrededor de la pasarela, se encontraba gente interesantísima”.