¿Qué retos afronta la confección frente al cambio climático?
El Global Labor Institute de la Universidad Cornell de Nueva York ha presentado un informe que cuantifica las consecuencias del cambio climático en el sector confeccionista, especialmente en varios países asiáticos.
La última investigación del Global Labor Institute (GLI) de la Universidad Cornell de Nueva York destaca un empeoramiento significativo de las condiciones de calor extremo, especialmente en las principales regiones donde se fabrica la ropa de todo el mundo.

El estudio se titula ‘Hot Air: How will fashion adapt to accelerating climate change?‘ y ha examinado las tendencias de temperatura y clima en ciudades asiáticas como Dhaka, Hanoi, Ho Chi Minh, Phnom Penh y Karachi durante las últimas dos décadas. Especialmente ha estudiado cómo las olas de calor y las inundaciones afectan la producción en el sector de la confección, así como a sus trabajadores.
Los hallazgos indican un aumento del 42% en los días que superan el umbral de 30,5 grados entre 2020 y 2024, en comparación con 2005-2009. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce este umbral como el punto en el que los trabajadores de confección deben tener un descanso cada hora de trabajo para evitar niveles inseguros de temperatura corporal.
Además, por cada grado que aumenta esta temperatura por encima de 25 grados, hay una caída promedio de la productividad del 1,5% para las tareas de fabricación que suponen un esfuerzo moderado.
Los datos que abarcan desde 2005 hasta 2024 también muestran un aumento en la frecuencia y en la duración de las olas de calor a raíz del cambio climático, definidas como tres o más días consecutivos con temperaturas máximas al aire libre que superan los 30,5 grados. El análisis señala, además, una tendencia hacia eventos de lluvias más intensas en estas ciudades.
Las implicaciones del aumento del estrés térmico y de las inundaciones son profundas para la industria de la confección, ya que afectan a la salud de los trabajadores, su ritmo de producción y la infraestructura.
Dificultades globales
Un estudio anterior de Cornell y Schroders proyectó que los principales países exportadores de prendas de vestir podrían perder hasta 65.000 millones de dólares en ingresos por exportaciones en 2030 debido a estos desafíos climáticos.
Más allá de las cinco ciudades mencionadas, los investigadores analizaron las temperaturas máximas diarias en otras 23 zonas dedicadas a la producción confeccionista. En ellas descubrieron un aumento mínimo del 10% en los días de calor intenso por encima de los 35 grados en el 74% de esas zonas. Ni siquiera la producción de textiles de lujo en Prato (Italia) se ha librado de esta tendencia.
Además, el instituto identificó mayores riesgos de inundación en Yangon, Yakarta y Dongguan debido al aumento de las lluvias durante dos décadas.
La investigación subraya la urgencia de adoptar medidas de adaptación y de protección de los trabajadores frente al cambio climático. También señala las posibles responsabilidades para las marcas en virtud de las nuevas leyes de diligencia debida en relación con los daños a los trabajadores.
Un estudio con Schroders en 2023 ya había predicho el impacto económico del clima extremo en el sector de la moda mediante la elaboración de modelos de escenarios para 2030 y 2050.
Sin esfuerzos de adaptación, los ingresos podrían caer un 22% para 2030 en Bangladesh, Camboya, Pakistán y Vietnam, que perderían casi un millón de puestos de trabajo. Para 2050, las pérdidas podrían escalar al 68%, con ocho millones de puestos de trabajo menos.
Para trabajadores, fabricantes, compradores, inversores y gobiernos, el informe señala que existe un incentivo claro para realizar inversiones urgentes de adaptación.
Las acciones inmediatas incluyen adherirse a las leyes nacionales sobre estándares laborales donde existan o establecer niveles aceptables de temperatura ambiente donde no los haya. Además, compartir datos sobre el calor y la humedad ayudaría a los análisis para las inversiones en sistemas de refrigeración o defensas contra inundaciones.
Normativa europea
Jason Judd, director del Global Labor Institute de la Universidad Cornell, hace sus contribuciones al respecto. «El calor y las inundaciones son riesgos para la salud de millones de trabajadores de la confección. Se necesitan urgentemente inversiones de adaptación para proteger a los trabajadores, junto con los esfuerzos de descarbonización. Las inversiones físicas deben ir de la mano de sólidas inversiones sociales».
«Por ejemplo, son esenciales salarios que permitan a los trabajadores cubrir los días de trabajo perdidos, los crecientes costos de electricidad, los alimentos, etc. La industria, desde las empresas hasta las marcas y sus inversores, necesita requisitos laborales climáticos claros y exigibles. Son necesarios para que del sector cumpla con sus obligaciones».
Para más información: https://www.ilr.cornell.edu/global-labor-institute
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