Los aranceles de Trump: ¿cómo afectarán a la industria de la moda?
Europa ha amanecido el 3 de abril con la retahíla de aranceles que impone ya Trump en Estados Unidos. La Unión Europea afrontará un incremento del 20% en todos los productos que exporte a EE.UU. La peor parte se la llevan los países asiáticos, con un 49% en Camboya, un 46% en Vietnam y un 37% en Bangladesh.
Como Moisés con su tabla de los Diez Mandamientos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la imposición de aranceles, pizarra mediante con las alarmantes cifras. Un arancel universal del 10% se suma a castigos superiores para determinados mercados, como el 20% para la Unión Europea o el 34% para China.

Los nuevos aranceles afectarán a prácticamente todos los sectores, con especial incidencia en determinadas industrias según el país. La industria de la moda en su totalidad se verá bastante afectada, puesto que EE.UU. es uno de los principales importadores de ropa y textil en todo el mundo. Así, la nueva regla arancelaria incluye impuestos para los principales fabricantes textiles y confeccionistas, básicamente países asiáticos. Estos son China, India, Pakistán y algunos de los más afectados, como Vietnam y Bangladesh.
En cambio, la industria textil europea -lo poco que queda de ella- no será una de las más afectadas en este sentido, aunque sí que deberá afrontar ese incremento del 20% mencionado.
En lo que respecta a España, las industrias más afectadas serán la agroalimentaria y la automoción, que son los sectores que más bienes exportan a Estados Unidos.
Los aranceles entrarán en vigor esta misma semana. El universal se aplicará a medianoche del 5 de abril de 2025, hora de Nueva York (fuso EDT). Las excepciones adicionales entrarán en vigor la medianoche del 9 de abril de 2025, en ese mismo horario (fuso EDT).
Afectación en el textil
El sector de la moda recibe un impacto significativo, al tratarse EE.UU. de uno de los principales importadores de estos productos. El primer exportador de prendas para el país es China, a quien se le aplica ahora un arancel del 34%. Cabe destacar que este impuesto se le suma a diversos gravámenes impuestos anteriormente por el país norteamericano, que implican una subida total del 54%.
Vietnam, el segundo exportador de moda en EE.UU., sufre un arancel del 46%, mientras que Camboya afronta un 49%. A Bangladesh, otro motor importante en el textil, se le aplica un 37% de impuestos.
Se prevé que esta nueva política arancelaria no afecte únicamente a las compañías internacionales, sino también a las estadounidenses, así como a sus consumidores. El país importa cerca del 98% de sus prendas de vestir y hasta el 99% del calzado, por lo que prácticamente todos los productos del sector de la moda en el país quedarán afectados por esta normativa.
La Asociación de la Industria de la Moda de Estados Unidos (USFIA) ha difundido un comunicado sobre esta política comercial aplicada por el presidente, mostrando su oposición. «Estamos profundamente decepcionados con la decisión de la administración Trump de imponer nuevos aranceles en todas las importaciones. Esta acción afectará particularmente a las marcas de moda americanas y a los retailers. La industria de la moda depende de la cadena global de suministro. Los incrementos en otros países afectan a nuestros precios«.
Aranceles por países
Las nuevas medidas arancelarias parecen declarar una guerra comercial, con principal foco en los mercados asiáticos: desde China a India y Pakistán, pasando por Vietnam, Camboya, Bangladesh y Myanmar, entre muchos otros. El primer anuncio fue ese arancel universal del 10%, que gravará todos los productos importados en Estados Unidos. Es la implementación de impuestos de importación más alta en un siglo y supone un cambio de era en el libre comercio mundial.

Hay algunas ausencias destacadas en la lista de países afectados. No figuran Canadá ni tampoco México, que se mantienen en el tratado existente entre los tres países americanos y se mantiene un 25% para todas aquellas importaciones que no cumplan las condiciones de dicho tratado. La lista tampoco incluye países como Rusia, Cuba ni tampoco Corea del Norte, con los que ya hay en vigor vetos y sanciones comerciales.
El comunicado de la Casa Blanca y del propio presidente Trump anunciando los aranceles habla de «reconstruir la economía y restaurar la seguridad económica y nacional» del país. «Nuestro país ha sido saqueado, expoliado, violado y robado«, declaró el presidente en su comparecencia. «Es hora de recuperar nuestra soberanía económica y priorizar la industria norteamericana«.
¿Qué pasa con los de minimis?
A nadie le pasará por alto que estos elevados aranceles de poco servirán si sigue en pie la norma de minimis, que permite entrar al país paquetes internacionales con un valor inferior a los 800 dólares.
Trump ya intentó derogar esa norma en febrero, con poco éxito. La falta de previsión llevó al colapso del servicio postal de Estados Unidos y de la unidad de aduanas del país. Esta situación llevó al presidente a volver a implementar la medida.
Sin embargo, su objetivo es suspender de nuevo la norma, para que ningún intercambio comercial se libre de este incremento arancelario.
Reacciones globales
La industria textil y de la moda ha mostrado su oposición respecto a esta normativa. La patronal textil europea Euratex ha recordado que EE.UU. es el quinto socio comercial más importante para la Unión Europea, con unas cifras de más de 9.000 millones de euros en intercambios comerciales cada año. «Los consumidores americanos disfrutan de la moda de alta gama y también de los tejidos técnicos importados desde Europa. Añadir unos aranceles del 20% obstaculizará estas relaciones«.
Dirk Vantyghem, director general de Euratex, ha advertido de los riesgos de esta escalada arancelaria. «Esta decisión es como volver atrás en el tiempo. Llevará a una relación distante en la industria textil mundial. Euratex defiende un comercio libre pero justo, basado en normas comunes respetadas por todos. La Unión Europea y los Estados Unidos deberían predicar con el ejemplo«.
También asociaciones empresariales han expresado su preocupación, como la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE). «Nuestras empresas necesitan certidumbre para poder desarrollar sus estrategias de internacionalización. El anuncio de Trump lo único que genera es inestabilidad en los mercados«. Son palabras del secretario general de FICE, Salvador Gómez. EE.UU es el sexto país importador de calzado de España, y el primero extracomunitario. Además, el calzado español allí «se posiciona en un segmento de alto valor, con un precio medio de exportación de 54 euros el par«.
A nivel institucional, Europa ya ha reaccionado a este anuncio, mediante un comunicado de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. «Lamento profundamente esta decisión. La economía mundial sufrirá masivamente. La inflación subirá. Todas las empresas -grandes y pequeñas- sufrirán desde el primer día. El coste de hacer negocios con EE.UU. aumentará drásticamente […] no parece haber orden en el desorden«.
En España, el Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado un paquete de inversiones de más de 14.000 millones de euros, entre herramientas ya existentes y nueva financiación. El objetivo de esta inyección no es solo proteger al tejido industrial español, sino también relanzar esta industria nacional. Se busca así «reorientar la capacidad productiva y autonomía estratégica» del país. Asimismo, el Ejecutivo procurará facilitar las condiciones para que las empresas españolas puedan hacer crecer sus negocios en EE.UU.
El Presidente del Gobierno ha querido destacar que estas medidas se suman a las decisiones comunitarias que se tomen en su conjunto. «La mano de Europa está tendida, y lo va a estar siempre«, ha resaltado en un mensaje de unión.
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