La industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta y por eso es urgente que surjan y se implementen soluciones en las empresas del S. XXI. En la búsqueda de estas soluciones, le preguntamos a Gema Gómez, Directora de la asociación Slow Fashion Next.

24.10.2016.- Está claro que el tema de la moda ecológica no es liviano ni pasajero. Son muchas las empresas, asociaciones, pensadores e instituciones que lo están dejando bien claro. Como consecuencia, ya hay muchos productos éticos y ecológicos haciendo negocio en el mundo. Gema Gómez, Directora de la asociación Slow Fashion Next, nos explica muchos datos interesantes sobre este asunto.

“Algunas empresas buscan soluciones para reducir los impactos tanto sociales como medio ambientales y también para asegurarse un suministro de materiales cada vez más incierto, garantizando el acceso y la disponibilidad de materias primas de alta calidad en el futuro y buscando soluciones sostenibles para un sistema de producción que no lo es. Otras empresas nacen con un ADN de cambio, buscando desde el principio aportar valor tanto a la naturaleza como a todos los trabajadores de la cadena de valor, pensando de una manera totalmente diferente, lo que les ayuda a innovar y posicionarse como líderes” – dice la directiva.

Según Gema Gómez, términos como economía circular, “cradle to cradle”, orgánico, biomateriales, upcycling, innovación social, análisis de ciclo de vida, entre otros, se irán incluyendo poco a poco en el día de las empresas, incluidas las del sector textil. “La innovación en esta industria pasa por la innovación en materiales, como circularizan sus procesos y los hacen asímismo limpios de químicos tóxicos, así como el valor que aportan a lo largo de la cadena de producción y en nuevas maneras de colmar las necesidades de los clientes como, por ejemplo el concepto de alquiler de prendas de Filippa K o Mud Jeans” – nos comenta.

Dentro de los materiales podemos encontrar varias tendencias: los orgánicos que buscan nuevas maneras de producir que respetan la tierra para que siga siendo fertile; los que usan residuos de otras industrias, los que usan restos de tejidos pre y post-consumo para crear nuevos tejidos y los biomateriales. En algunos casos aún hay fronteras que superar, como los materiales que mezclan materias que tienen un ciclo de vida diferente. “Otra de las barreras que hay que sobrepasar son los precios y la escalibilidad, cuanto más se vayan usando muchas de estas fibras innovadoras, más económico será su precio para un uso más generalizado”– añade Gema Gómez.

La directora de Slow Fashion Next nos presenta algunas iniciativas muy atractivas en tejidos sostenibles.

Tejidos sostenibles: lo último

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Atlantic Leather usa las pieles de perca, salmón y bacalao para convertirlas en cuero para el sector del lujo.

Newlife es un hilo que se procesa en Italia a partir de botellas de plástico post-consumo 100% recicladas y que puede adoptar diferentes apariencias como tafetán, seda, o satén.

Scafe® utiliza los residuos del café para cambiar las características de un filamento, convirtiéndolo en un tejido técnico.

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Con el innovador sistema de regeneración Econyl®, el nylon contenido en residuos de alfombras, ropa y redes de pesca, se transforma de nuevo en materia prima sin ninguna pérdida de calidad.

La Seda Paz es un tipo de tejido que permite a la mariposa del capullo de seda salir y vivir. Con ella, Seidentraum crea tejidos de alta calidad.

Muskin es un material con apariencia de cuero pero que es extraído de hongos y para el que se usan métodos libres de químicos en su curtición. Se parece al ante, pero es «mucho más suave», según su fabricante GradoZero Espace de Italia.

Patagonia se ha asociado con la compañía Yulex para crear un traje de surf creado a partir de un 85% de caucho natural Yulex y un 15% de goma sintética.

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La Moon Parka está creada a partir de una fibra de seda de araña artificial, Spiber. La empresa que la ha desarrollado en colaboración con North Face, utiliza un proceso de fermentación que usa microorganismos que fabrican proteínas recombinantes.

Organic Cotton Colours trabaja algodón orgánico de alta calidad, es decir, que evita el uso de químicos tóxicos.

Piñatex es un material de la empresa Ananas Anam. Está realizado con las hojas de las piñas de Filipinas que da ingresos extras a los agricultores de allí. Se trata además de un material compostable.

+ información: www.slowfashionnext.com