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Changing Markets analiza la realidad del reciclaje de prendas


18/08/2023

Un estudio de Changing Markets confirma que en muchos casos las prendas no son recicladas, sino que son desaprovechadas

Changing Markets Foundation ha publicado un estudio sobre el destino de las prendas que las marcas y los detallistas recuperan de sus clientes para darles una segunda vida. Se titula Take-back Trickery (Trampas en las prendas devueltas a las marcas), título que ya prejuzga su aproximación al tema. La información procede de fuentes públicas que Changing Markets considera fiables en general.

Los programas de recogida de prendas se presentan como una opción cómoda para que los consumidores devuelvan sus prendas no deseadas a las marcas y minoristas de moda, que prometen darles una segunda vida, donándolas a los necesitados o reciclándolas para convertirla en nuevas. Por ejemplo, C&A promete Dar una segunda vida a tu ropa, H&M dice Cerremos el círculo y The North Face plantea Completemos el círculo.

Pero, ¿hasta qué punto estos programas de recuperación cumplen sus promesas y abordan eficazmente los problemas generados por el sector de la moda?

La investigación de Changing Markets, llevada a cabo entre agosto de 2022 y julio de 2023, se propuso rastrear los artículos entregados a estos sistemas de recuperación para determinar qué ocurre realmente con la ropa más allá de los contenedores.

A través de discretos rastreadores ocultos en la ropa, rastreó en tiempo real, 21 artículos entregados a diez marcas de moda (H&M, Zara, C&A, Primark, Nike, Boohoo, New Look, The North Face, Uniqlo y M&S) en sus tiendas del Reino Unido, Francia, España y Portugal. Todas ellas eran de buena calidad y, por lo tanto, se consideraban aptas para su reutilización.

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Cuatro destinos para las prendas

Tras 11 meses de seguimiento, los resultados de su rastreo pusieron de manifiesto la discrepancia entre las afirmaciones de las marcas y el destino real de la ropa recogida. Hemos clasificado su recorrido en cuatro grupos:

1. Desechadas o destruidas. Muchas prendas fueron destruidas, a pesar de que estaban en buen estado y de que las marcas afirmaban que sólo las desechaban o incineraban en caso de que no fuesen aptas para la reutilización. Esto demuestra el fracaso de las marcas y sus contratistas a la hora de clasificar adecuadamente la ropa.

2. Revendidas en Europa. En total, solo unos pocos artículos encontraron una segunda vida en una tienda de segunda mano o con un cliente en Europa.

3. Perdidas en el limbo. Muchas prendas quedaron inmersas en el comercio mundial de ropa usada, permaneciendo en él durante meses o, en algunos casos, sin salir nunca de su lugar de entrega original. En estos casos, es evidente que los sistemas de recogida no cumplen los objetivos comunicados por las marcas. Se han dejado languidecer en almacenes de toda Europa. Las marcas se han beneficiado de ganancias de reputación sin haber hecho nada con estas prendas.

4. Enviadas a África. La categoría más polémica es la de la ropa que acabó enviada a África. En este caso, los artículos entraron en mercados masivos de ropa de segunda mano en países con sistemas inadecuados de gestión de residuos, lo que provocó que una parte importante fuera a parar a los vertederos o se quemara. Múltiples investigaciones en países africanos han revelado que entre el 20% y el 50% de la ropa importada a través del comercio de segunda mano acaba como residuo.

¿Quién es culpable de esta situación?

Más allá de las marcas, varias empresas aparecen como actores clave que deciden el destino de la ropa dentro del sistema. La primera es SOEX, una empresa mundial de recogida y clasificación, con acuerdos con muchas de las marcas investigadas. Otra empresa es ReSales Textilhandels & Recycling, que forma parte del grupo Texaid.

El destino final de estas prendas es mucho más turbio de lo que las marcas quieren hacer creer a sus clientes. Las promesas de reutilización o reciclado contrastan con la evidencia de que la mayoría de las prendas en perfecto estado se trituran, se convierten en artículos de mucha menor categoría o se envían decenas de miles de kilómetros a través del mundo.

Estos sistemas ofrecen a los consumidores una falsa sensación de responsabilidad medioambiental. Muchos sistemas de recogida agravan el problema ofreciendo vales, descuentos o puntos para que los clientes compren más productos. De este modo, perpetúan el modelo de la moda rápida, sin abordar los problemas sistémicos, como alejarse de su modelo de negocio o invertir en tecnologías innovadoras de fibra a fibra.

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Nuevas normativas europeas

El sector de la moda se encuentra en una encrucijada crítica. Por primera vez, los legisladores han empezado a ocuparse de su comportamiento medioambiental, en concreto de su enorme y creciente problema de residuos. El 5 de julio de 2023, la Comisión Europea publicó una Directiva Marco de Residuos revisada que propone un sistema de responsabilidad ampliada del productor, que obligará a las marcas a pagar tasas por cada artículo que pongan en el mercado para cubrir los costes de recogida al final de la vida útil, clasificación, reciclado y eliminación responsable.

La propuesta legislativa también debe mejorarse para incluir objetivos obligatorios de reutilización y reciclado, así como medidas previas que conduzcan a la reducción de la sobreproducción y a la imposición de criterios de diseño ecológico.

El informe del informe de Changing Markets incluye, por último, una serie de recomendaciones políticas y empresariales, que resumimos en esta última parte de esta información.

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Una instalación de reciclaje químico

Conclusiones y recomendaciones

La investigación arroja luz sobre los principales fallos de un sistema que se enfrenta al inmenso volumen de residuos de ropa. Los programas de recuperación, a menudo promocionados por las marcas como una herramienta de circularidad, pueden crear la ilusión de que el sector de la moda está haciendo frente a su enorme problema de residuos. Sin embargo, a pesar de las promesas de reutilización y reciclaje que figuran en los buzones de recogida de las marcas, éstas no cumplen sus compromisos.

Según nuestro estudio, asegura Changing Markets, el 60% de las prendas de vestir se queda en los almacenes, se recicla a productos muy inferiores o se destruye, mientras que el resto se envía a países emergentes, lo que aumenta la carga de los que no están preparados para hacer frente a su tratamiento. Teniendo en cuenta que los europeos desechamos 11 kilos de ropa por persona al año, si el destino de nuestras prendas rastreadas es un reflejo del mercado global de ropa usada y donada, representa un problema muy importante.

Nuestros hallazgos sugieren que los programas de recuperación se utilizan para hacer greenwashing, permitiendo a las marcas mostrar circularidad mientras evitan cambios significativos, como abandonar el modelo de moda rápida derrochadora o invertir en tecnologías innovadoras de reciclaje. Estos sistemas ofrecen a los consumidores una falsa sensación de responsabilidad medioambiental, engañándoles para que piensen que están haciendo una elección responsable.

Lo que es aún más preocupante es que algunas marcas fomentan activamente el consumo ofreciendo incentivos como vales o descuentos cuando los clientes entregan su ropa usada. Al hacerlo, estas marcas perpetúan el modelo que incentiva el consumo excesivo.

Probablemente, la situación empeorará

Aunque esta investigación se centró en 21 artículos, es razonable suponer que las prácticas descubiertas son indicativas de problemas sistémicos más amplios y de la falta de responsabilidad y transparencia de las marcas. Dada la incesante producción de prendas, es muy probable que la situación se deteriore aún más. Los retos en torno a la gestión del final de la vida útil no harán sino intensificarse.

Está obvio que el sector de la moda necesita una llamada de atención para que se preocupe de verdad por el reciclaje de las prendas y asuma el coste de su tratamiento al final de su vida útil. Es de esperar que la legislación sobre afirmaciones ecológicas asestará un duro golpe al greenwashing y exigirá pruebas sustanciales de las afirmaciones lanzadas por las marcas.

A pesar de todo, se vislumbra un rayo de esperanza, ya que cinco de los once artículos rastreados encontraron nuevos propietarios o están en camino de ser reutilizados. Esto demuestra que sería posible un buen sistema de gestión de residuos, si se le diera el impulso que merece.

Por tanto, es crucial que la legislación aborde también estas cuestiones críticas en materia de residuos. Según el reciente informe Synthetics Anonymous 2. -también de Changing Markets-, más del 68% de las marcas de moda respalda los objetivos de reutilización y reciclado. Más del 80% expresa su apoyo a un sistema obligatorio y armonizado en la UE. Si reconocen estas señales y actúan en consecuencia, los responsables políticos pueden allanar el camino hacia un sistema de gestión de residuos textiles sostenible y eficiente.

+ Info: http://changingmarkets.org/wp-content/uploads/2023/07/Take-back-trickery_compressed.pdf

19.08.2023